Francisco Lorenzo

Francisco Lorenzo

viernes, 20 de marzo de 2009

Una visión sindical sobre la crisis

Dice el refrán popular, "la avaricia rompe el saco", eso es lo que sencilla y llanamente nos ha pasado, esta grave crisis económica en la que estamos inmersos, si duda ha sido generada por las desmesuras e incompetencias del actual sistema ultraliberal.
Todo el mundo está asombrado por la intensidad y la rapidez con que se ha extendido de un punta a la otra del planeta. Estas clases dirigentes adalides de las idelogias libre mercantilistas, de banqueros inventores del dinero basura, de capitalistas avariciosos , de especuladores del ladrillo, deberían dedicarse a reflexionar sobre las causas que la han provocado y responder ante el resto del mundo por sus desmanes y saqueos de la riqueza generadas por otras clases sociales, esas clases sociales, que son en definitiva las verdaderas víctimas de la crisis que ha provocado su avaricia sin limites, los trabajadores y los pobres.
A uno que todavía guarda un punto de ingenuidad, no deja de sorprenderle la propuestas que nos hacen para salir de "su crisis".
Uno esperaba, que por ejemplo, solicitaran la desaparición de los paraísos fiscales, un sistema fiscal más justo y menos discriminatorio con los pobres, una regulación estricta del sistema financiero, un control sobre los beneficios para que estos no sean tan escandalosos. Nada de esto se solicita, sino las clásicas recetas de siempre para que paguen los platos rotos los de siempre, los obreros.
En medio de todo este lio económico el partido popular utiliza la crisis para desgastar al gobierno, critica mucho, pero no aporta ni una sola medida , es más, nos esconde sus recetas, aunque no hace falta que no las digan, las sabemos, son las mismas que han aplicado siempre que han gobernado, son las que en estos momentos están en las reivindicaciones empresariales: salarios y despidos mas baratos y recortes del gasto publico, sobre todo del gasto social.
Ante estas medidas hay que darles argumentos muy claros:Respecto a los salarios, podemos confirmar que el peso de los salarios a pesar del aumento en el número de trabajadores en los últimos años pierde peso en el PIB nacional de forma sistemática y continuada, mientras que las rentas del capital las gana continuamente. La política de moderación salarial practicada entre empresarios/sindicatos ha provocado en los últimos diez años una pérdida del poder adquisitivo del 4%, la más alta de toda Europa. Entonces si en la época de esplendor económico perdemos poder adquisitivo ¿Cuándo mejorara nuestro nivel de vida?
Ahora los empresarios nos vuelven a pedir la receta clásica de disminución de los salarios para salir de la crisis. Crisis provocada no por las demandas de los trabajadores sino por los excesos financieros y empresariales

El empresariado aduce que en el año 2008, la inflación acabó en el 1,4%, cuando todos los convenios han estado por encima del 2%. Como ellos bien saben, la inflación media del 2008 fue del 3,4%, con lo cual no solamente no se ganó poder adquisitivo sino que se volvió a perder.

Veamos por ejemplo, el año 2007, cuando se siguió como todos los años anteriores y posteriores el criterio del Banco Central Europeo, de la previsión de la inflación del 2%, cuando se sabía que se iba a pasar por mucho este dato. Año a año el mundo empresarial ha sido beneficiado por esta previsión. Entonces nunca escuchamos ninguna queja de estos. En el año 2007, la vida subió el 4,4% y sin embargo la nóminas solo subieron el 2% aunque posteriormente en algunos convenios hubiera cláusula de revisión.

Para todos trabajadores y pensionistas, aplicar ahora una congelación salarial sólo agravaría la crisis. El argumento es muy simple una pérdida de poder adquisitivo no ayudaría a recuperar el consumo y sería un golpe de confianza todavía maá fuerte a loa economía
Está claro, que nuestro mercado laboral posee una gran capacidad de destrucción silenciosa de empleos de bajo coste. El debate no debe basarse en el abaratamiento sino en su racionalización con la finalidad de crear mejores condiciones futuras de empleo dentro de un nuevo modelo productivo más dinámico y competitivo, entendiendo a los trabajadores como un capital humano valioso e imprescindible.

En nuestra economía, el empleo temporal es el más alto de toda la Unión Europea y esto abarata en exceso el despido. El despido libre ya existe y se produce con gran flexibilidad. Reflexionemos sobre nuestro singular modelo de despido y la especial vulnerabilidad de nuestro mercado de trabajo ante la crisis económica.

Intentar crear empleo de baja calidad y temporal nos llevará en un futuro a tener poca productividad y más desempleo. No deben tomarse medidas para favorecer la flexibilizar aún más el empleo temporal.

Desde mi punto de vista, se debería mejorar la regulación del contrato indefinido superando la actual dualidad y creando un contrato estable con coste económico único que facilité la contratación indefinida a tiempo parcial en sus diversas modalidades. Se tiene que racionalizar la regulación del despido, dando una mayor seguridad a los procedimientos de despidos y dando mayor seguridad a los procedimientos de despido con causa empresarial y otorgando a los sindicatos y a la negociación colectiva un mayor protagonismo en la gestión de las indemnizaciones.

Hay una gran disfunción en las reglas y costes extintivos entre la pequeña y la gran empresa. Más que abaratar el despido, sería bueno reducir sus costes a la pequeña empresa, sin que ello perjudique a los trabajadores. Tendría que ser el fondo de garantía salarial financiado por todas las empresas la que se encargaría de cubrir gran parte de la indemnización de los despidos en pequeñas empresas. Esta medida favorecería superar el temor a la contratación indefinida y aseguraría la compensación económica a los trabajadores.

El despido es injustamente barato a causa de la fuerte temporalidad y extraordinariamente flexible, por ello se deberían centrarse los esfuerzos en su racionalización para construir un mercado laboral menos vulnerable a las crisis y que mejore las condiciones de empleo favoreciendo una mayor competitividad empresarial.

El fuerte giro en la ideologización de algunos sectores empresariales de la C.E.O.E. que responden a consignas con un marcado acento de estrategia electoral de la derecha económica ligada al partido popular impide cualquier avance el logro de un gran acuerdo social muy similar al que se hizo en el año 1977 en los llamados "pactos de la Moncloa". Cuanto más tiempo tardemos en aplicar esta solución más costosa será nuestra salida.

Para leer este fin de semana: El oraculo de la luna (Lenoir Frederic,de ediciones grijalbo).
Y para oir : adagio de Albinoni (karajan)


0 comentarios: