La última entrada de esta sección en este año que nos deja es para un documental denuncia contra el etnocidio practicado por el capitalismo salvaje sobre los pueblos indígenas.
Desgraciadamente, los pueblos y comunidades indígenas aún no disfrutan de una situación social y económica propicia para su mejor desarrollo humano; se caracterizan por vivir en altos niveles de pobreza y en una situación de significativa desventaja. El combate contra rezago social de los pueblos y las comunidades indígenas representa una de las áreas de política pública de mayor relevancia para el desarrollo armónico de la humanidad, se hace muy necesario que las políticas de la ONU a través del alto comisionado para las comunidades indígenas tengan un carácter específico en la perspectiva integral del Desarrollo Humano Sustentable para incrementar las capacidades de estos pueblos y las comunidades indígenas e inicien, así, un círculo virtuoso de cambio sostenido no sólo por la acción de lo gobiernos , sino también por su propia iniciativa.
Es inadmisible el comprobar como día tras día estos pueblos son desplazados por las multinacionales de su hábitat, les destruyen su medio ambiente en su locura productiva. o son aniquilados por sicarios a sueldo de estas mafias empresariales como es el caso de los guaraníes kaiowá en Brasil.
Brasil gastará miles de millones de dólares en organizar la Copa Mundial de Fútbol 2014 pero no puede indemnizar a los hacendados para que salgan de nuestras tierras”. Esta es la queja de miles de indígenas guaraníes kaiowás de Mato Grosso do Sul que reclaman desde hace años la restitución de sus territorios.
Sobre sus tierras actualmente se extienden millares de hectáreas de caña de azúcar y soja de las transnacionales que son destinadas a la producción de etanol.
A pesar de que los guaraníes kaiowás viven hoy en menos del 1 por ciento de su territorio original, las ansias de expansión capitalista continúan, amparados en una norma que promueve la ampliación de la frontera agrícola.
En los últimos ocho años, matones a sueldo han asesinado a 250 indígenas de este pueblo, ubicado en la región fronteriza con Paraguay.
La denuncia de etnocidio efectuada por una comisión del Parlamento brasileño ha intentado poner en evidencia una práctica invariable que se mantiene varias décadas y que apunta al Estado y a los hacendados.
“El poder discrecional de los hacendados resuelve a su manera el problema de la tierra, con asesinatos y masacre de los indígenas”. “Los pistoleros (hombres armados a sueldo) promueven un etnocidio kaiowá”, concluye el informe de los diputados.
La lideresa guaraní kaiowá Rosana Kaingang manifestó que denunciarán al Brasil ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. “Estamos cansados de terminar asesinados”, sostuvo.
“En la sombra de un delirio verde”, documental de media hora elaborado este año, expone la triste realidad de este pueblo indígena que sobrevive en la pobreza extrema. El 90 por ciento de las familias depende de las raciones alimentarias del gobierno.
Los trabajos que consiguen dentro de las plantaciones rayan en la esclavitud y es característico el trabajo infantil.
En medio del delirio del oro verde, como se le llama a la caña de azúcar, los líderes indígenas que enfrentan el poder son asesinados por encargo de los hacendados.
En la Sombra de un Delirio Verde from Mídia Livre on Vimeo.
Fuente: http://servindi.org/actualidad/56441
Desgraciadamente, los pueblos y comunidades indígenas aún no disfrutan de una situación social y económica propicia para su mejor desarrollo humano; se caracterizan por vivir en altos niveles de pobreza y en una situación de significativa desventaja. El combate contra rezago social de los pueblos y las comunidades indígenas representa una de las áreas de política pública de mayor relevancia para el desarrollo armónico de la humanidad, se hace muy necesario que las políticas de la ONU a través del alto comisionado para las comunidades indígenas tengan un carácter específico en la perspectiva integral del Desarrollo Humano Sustentable para incrementar las capacidades de estos pueblos y las comunidades indígenas e inicien, así, un círculo virtuoso de cambio sostenido no sólo por la acción de lo gobiernos , sino también por su propia iniciativa.
Es inadmisible el comprobar como día tras día estos pueblos son desplazados por las multinacionales de su hábitat, les destruyen su medio ambiente en su locura productiva. o son aniquilados por sicarios a sueldo de estas mafias empresariales como es el caso de los guaraníes kaiowá en Brasil.
Brasil gastará miles de millones de dólares en organizar la Copa Mundial de Fútbol 2014 pero no puede indemnizar a los hacendados para que salgan de nuestras tierras”. Esta es la queja de miles de indígenas guaraníes kaiowás de Mato Grosso do Sul que reclaman desde hace años la restitución de sus territorios.
Sobre sus tierras actualmente se extienden millares de hectáreas de caña de azúcar y soja de las transnacionales que son destinadas a la producción de etanol.
A pesar de que los guaraníes kaiowás viven hoy en menos del 1 por ciento de su territorio original, las ansias de expansión capitalista continúan, amparados en una norma que promueve la ampliación de la frontera agrícola.
En los últimos ocho años, matones a sueldo han asesinado a 250 indígenas de este pueblo, ubicado en la región fronteriza con Paraguay.
La denuncia de etnocidio efectuada por una comisión del Parlamento brasileño ha intentado poner en evidencia una práctica invariable que se mantiene varias décadas y que apunta al Estado y a los hacendados.
“El poder discrecional de los hacendados resuelve a su manera el problema de la tierra, con asesinatos y masacre de los indígenas”. “Los pistoleros (hombres armados a sueldo) promueven un etnocidio kaiowá”, concluye el informe de los diputados.
La lideresa guaraní kaiowá Rosana Kaingang manifestó que denunciarán al Brasil ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. “Estamos cansados de terminar asesinados”, sostuvo.
“En la sombra de un delirio verde”, documental de media hora elaborado este año, expone la triste realidad de este pueblo indígena que sobrevive en la pobreza extrema. El 90 por ciento de las familias depende de las raciones alimentarias del gobierno.
Los trabajos que consiguen dentro de las plantaciones rayan en la esclavitud y es característico el trabajo infantil.
En medio del delirio del oro verde, como se le llama a la caña de azúcar, los líderes indígenas que enfrentan el poder son asesinados por encargo de los hacendados.
En la Sombra de un Delirio Verde from Mídia Livre on Vimeo.
Fuente: http://servindi.org/actualidad/56441
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