Francisco Lorenzo

Francisco Lorenzo

jueves, 14 de agosto de 2008

Historias del Motril "profundo"

A veces cuando pasan por televisión imagenes en las que nos cuentan como miles de niños siguen siendo explotados en todo el mundo, al contemplarlas asoman por mi memoria recuerdos de un tiempo ya pasado afortunadamente , pero que también existió en nuestra tierra hasta hace unos años.
Durante los años de la posguerra y posteriores la explotación infantil eran cosas cotidianas en nuestros campos. Ahora al ver esas imagenes, me acuerdo de la pequeña historia de " Eusebio y su burro Lucero".
"Usebio," como en realidad lo llamaba todo el mundo, fue un chiquillo que creció junto a sus otros cinco hermanos en las calles del barrio de la " esparraguera" por los años cincuenta, todavía en Motril eran tiempos de mucha escasez; por lo que faltaba muchos dias a la escuela, tenia que ayudar en casa con su jornal.
Usebio casi todas las mañanas antes de salir el sol salia a ganar su jornalillo en compañia de otras cuadrillas de zagales a los pagos de la vega. Trabajaban recogiendo "turrillos y zocas" en las plantaciones de cañas y sacando "tarquin" de los balates con unas espuertas grandes a la espalda.
Estos chiquillos , mano de obra barata, eran sometidos a grandes abusos por los capataces de los hacendados, que para hacerlos rendir más," picaban" a los zagales y los hacían entrar en una inocente competencia, otras veces para divertise los enfrentaban en peleas.
Los días que no tenia trabajo su madre al salir de la escuela lo mandaba a llevar el almuerzo a su padre al campo, y de camino a traerse una carga de "cabos" para la comida del burro "Lucero", bautizado asi por tener un lunar blanco en la frente.
Eusebio una vez que dejaba atrás el " filato" inpulsado por su silenciosa y atrasada "jambre" deshacia el hatillo de la comida, abria la fianbrera y un día probaba la "salamandroña", otro probaba el "fritillo" y un tercero "cataba" "el puchero de coles".
En cierta ocasión su padre, con bondad, le reprochó lo que hacía y le dijo que no le importaba compartir su comida pero que no destapara más el almuerzo en mitad del camino para "catarlo".
Usebio, ofendido por haber sido descubierto, inquirió al padre quién le había contado lo que él hacía. Ante la inocente pregunta infantil el padre acusó al burro de ser su confidente. Eusebio agachó la cabeza, cogió la rienda y tiró del burro hasta perderse en la verea donde iba a cojer los cabos. Allí una vez solo con Lucero, miró enfurecido de frente al animal , mordiéndole una oreja, le espetó: «esto es para que no te chivates más».

Diccionario Motrileño

turrillo : cañas raquiticas que quedaban abandonadas entre la broza.
zocas: raiz de la caña de azucar, habia que arrancarla cada 4 0 5 años y plantar caña nueva para regenerar las plantaciones.
cabos : parte superior de la caña, se empleaba como comida para los amimales.
tarquin: fango que deposita el agua en el fondo de los canales de regadio.
balate: canal de regadio que reparte el agua de una acequia.
verea: vereda
filato: fiélato (control donde cobraban impuestos por las mercancias que entraba a la ciudad )
salamandroña: guiso popular motrileño hecho de calabaza y sardinas.
jambre: hambre

0 comentarios: