Francisco Lorenzo

Francisco Lorenzo

jueves, 4 de febrero de 2010

A 20 años del fin del apartheid


Invicto

Lejos de la noche que me envuelve

como un pozo, negra de polo a polo,
agradezco al dios que exista
por mi espíritu inconquistable.
Atrapado entre las garras de esta circunstancia

No hice un gesto de dolor ni lloré en voz alta
Ante las puñaladas que me deparó el azar
Mi cabeza sangra, pero no se inclina.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas

no se avecina más que el horror de la sombra,
Pero la amenaza de los años por pasar
me encuentran y me encontrarán sin miedo
Ya no importa cuán estrecha sea la puerta

ni cuantos castigos acumule.
Yo soy el señor de mi destino
Yo soy el capitán de mi alma.

William Ernest Henle (Escocia1849-1903),

Este poema del escritor inglés William Ernest Henley (1849-1903) fue el predilecto del heroico y sufrido líder pacifista sudafricano Nelson Mandela, quien sin duda ocupa un lugar de honor en la historia universal por haber terminado con la infamia del “apartheid
Mandela tuvo siempre consigo este poema durante sus largos 28 años de carcel.

El término apartheidsignifica en Afrikaans, variante sudafricana del holandés, separación. Apareció oficialmente en Sudáfrica en 1944 y sirve para designar la política de segregación racial y de organización territorial aplicada de forma sistemática en África del Sur, un estado multiracial, hasta 1990.

El objetivo del apartheid era separar las razas en el terreno jurídico (Blancos, Asiáticos, Mestizos o Coloured, Bantúes o Negros), estableciendo una jerarquía en la que la raza blanca dominaba al resto ( en inglés Population Registration Act) y en el plano geográfico mediante la creación forzada de territorios reservados: los Bantustanes (Group Areas Act).

El 2 de Enero de 1991 Frederik W. de Klerk, último presidente blanco de Sudáfrica en un discurso ante el Parlamento hace hoy dos décadas, De Klerk anunció la legalización de los partidos contrarios al apartheid, entre ellos el ahora gobernante Congreso Nacional Africano (CNA), y la liberación de los presos políticos, en especial de Nelson Mandela.

El proceso de negociación fue largo y difícil. El Partido Nacional de De Klerk estaba poco dispuesto al principio a transferir el control del país a la mayoría negra e intentó por todos los medios instituir un poder de veto minoritario sobre las decisiones mayoritarias. El ANC organizó huelgas generales y otras protestas no violentas para intentar obligar a los nacionalistas a cambiar su posición sobre este último punto. Finalmente, se alcanzó un acuerdo el 13 de noviembre de 1993. Este acuerdo prometía instituir en Sudáfrica un régimen democrático no racial ni sexista, y basado en el principio de “una persona, un voto”. Las primeras elecciones libres de la historia de Sudáfrica se celebraron del 26 al 29 de abril de 1994. El ANC obtuvo una clara victoria y Mandela fue elegido como el primer presidente negro del país el 10 de mayo de 1994. En junio de ese año, Sudáfrica volvió a ingresar en la Commonwealth.

Sudáfrica siguió siendo un país de grandes contradicciones. El gobierno de Mandela hubo de hacer frente al desafío de reestructurar la economía redistribuyendo los beneficios obtenidos, facilitando la construcción de viviendas y la prestación de servicios sanitarios y promoviendo la generación de empleo y el desarrollo educativo. Otro reto al que tuvo que enfrentarse fue el relacionado con las numerosas denuncias de violación de los derechos humanos y otras atrocidades llevadas a cabo cometidas por el anterior régimen racista.

En un intento por esclarecer todos estos acontecimientos pasados sin polarizar aún más a la sociedad sudafricana, el gobierno aprobó en julio de 1995 la creación de la denominada Comisión de la Verdad y la Reconciliación, integrada por 17 miembros y presidida por el arzobispo Desmond Tutu. Se intentaba de este modo promover la unidad y la reconciliación nacional de Sudáfrica a través una comisión que debía examinar los 33 años de régimen segregacionista y las atrocidades por él cometidas.



1 comentarios:

Motril dijo...

Muy buena película, sí señor. La vi ayer y la recomiendo. Además es muy didáctica.