Lleva lloviendo intermitentemente toda la mañana en Motril y aqui cuando caen cuatro gotas es costumbre general en toda la zona "comer migas", así que hoy toca hacer caso a la tradición y en mi casa nos vamos comer hoy unas migas de sémola.
Las migas es un plato de alto poder nutritivo en base a los "tropezones" que la acompaña. Es este sin duda un plato para comer entre amigos y familiares.
Tanto la elaboración, como el comerlas, es un autentico "ritual" para los días de lluvia.
En Motril la costumbre manda: Poner la sartén con todos los ingredientes en el centro y todos los comensales alrededor irán tomando las migas, retirándose luego hacia atrás, de ahí la frase popular de "cuchará y paso atrás".
La receta que conozco es la que desde niño infinidad de veces vi cocinar a mi madre. Así que encendemos la lumbre y a preparar las migas.
Ingredientes, para 6 comensales.
Para 6 personas
1 kg de sémola de trigo, 1 kg de pimientos verdes, 1 kg de "jurelicos medianos", 1 cabeza de ajos, 1 l. de agua, sal y aceite de oliva virgen extra.
Elaboración:
Lavamos y limpiamos de semillas los pimientos, los freímos enteros en una sartén con aceite , una vez fritos los sacamos, escurrimos y reservamos.
En el mismo aceite freímos los ajos (a mí me gustan enteros sin pelar, pero como hay gustos, los puedes trocear y pelar), una vez fritos los apartamos junto con la mayoría del aceite (dejamos algo menos del equivalente a un vaso de vino en la sartén) y, fuera del fuego para evitar salpicaduras, agregamos el agua a la sartén.
Salamos y en cuanto esté a punto de hervir, añadimos la sémola sin parar de mover.
Ya solo nos queda “desliar las migas", son alrededor de 15 minutos.
Desliar las migas consiste en, con ayuda de una rasera, a base de moverlas, dejarlas muy "sueltas",
Mientras "desliamos" las migas ponemos a asar los "jurelicos".
Podemos acompañar las migas con infinidad de alimentos. sardinas, boquerones, bacalao, panceta, longaniza etc. etc.
Otra cosa, las migas piden vino, un espeso vino tinto, o un vino "costa" de la Contraviesa.
¡Ale, nos vamos poner como el kiko, aunque luego haya que echar mano del bicarbonato!
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