Francisco Lorenzo

Francisco Lorenzo

jueves, 16 de diciembre de 2010

Adiós a Enrique Morente : El genio entró en la Eternidad.

 "Enrique, qué difícil despedirse de ti. Las palabras son insuficientes, no es posible nombrar el vacío, la desolación. Has muerto lleno de vida, de fuerza, siendo manantial", dijo el poeta delante de tu féretro. En la voz desgarrada de la "niña de tus ojos", de tu Estrella, sonó: "Granada no tengas pena de que el mar sea tan inmenso, tú eres la novia del aire, la de la sombra de plata, la del almendro. Ay, empieza el llanto de la guitarra, llora como el viento sobre la nevada. Ay, inútil callarla, es imposible callarla". Cuando acabó, se rompieron los corazones en el Teatro Isabel la Católica, lloraban los tuyos y  hasta las candilejas.  Adiós maestro, todos los que te  seguíamos y admiráramos  sentimos el enorme dolor de  quedar  huérfanos de tu arte, pero sobre todo  nos duele  con desgarro el alma,  al sabernos huérfanos para siempre  de tu presencia, de  tu inmensa humanidad.  A partir de ahora maestro, entras a formar parte de  la leyenda,  de la  gloria de los poetas de Granada,  junto a tu admirado Federico.  A  todos aquellos que nos deleitamos, gozamos y disfrutamos con tu arte y con tu  música, nos queda el consuelo de que podremos seguir  buscando tu voz y tu cante cuando subamos a  Granada. Encontraremos tu voz  rodando para siempre enredada  en la brisa serrana que recorre las  plazuelas y callejas de tu querido Albaicin, desde la calle de Elvira  a la Plaza Larga , por entre las olorosas esencias de las  gayumbas, del tomillo y romero del  Cerro de San Miguel, entre las pitas y chumberas del  gitano Sacromote, o en el sonido cristalino  del agua de los surtidores y acequias de  los bosquecillos de la  Alhambra.

Pero a ti maestro te buscaremos  en  la eternidad  de tu morada de estrellas, sobre tu estrella,  durmiendo placidamente, soñando con tu  Alhambra, recostado feliz en brazos del cuerpo celeste  que con ansia buscabas en tu juventud, para que te guiara, para que te  alumbrara el camino hacia aquel Mundo Nuevo   "con más verdades, con menos odios, con más clemencias y más piedades", el Mundo Nuevo que con tanta pasion deseabas.  Para todos nosotros a partir de ahora  la luz de tu estrella será el faro que nos alumbrara el camino   en la búsqueda de ese Mundo Nuevo "sin fusiles ni veneno"  que seguiremos persiguiendo junto a ti .

Fue ayer miércoles. en la colinas bermejas de la Alhambra con la que tu soñabas, con los últimos rayos de Sol sobre las torres de la Vela y de Comares,   te dijimos adiós por última vez y dejamos descansar tu cuerpo para siempre bajo tu tierra,  entre las rosaledas y cipreses del cementerio granadino,  frente al  Generalife.

Cuando bajamos por la Cuesta de los Chinos  hacia el puente del Avellano, la noche caía sobre Granada y  una media Luna derramaba su luz de cobre viejo sobre el Albaicin, bajo el  puente el agua del Darro era plata, hacia mucho frio. Adiós maestro, hasta siempre..

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