En este instante, breve y duro instante, ¡cuántas bocas de amor están unidas, cuántas vidas se cuelgan de otras vida exhaustas en su entrega palpitante! Fugaz como el destello de un diamante, ¡qué de manos absurdamente asidas quieren cerrar las más leves salidas a su huida perpetua e incesante! Lentos, aquí y allá, y adormecidos, ¡tantos labios elevan espirales de besos!... Sí, en este instante, ahora que ya pasó, que ya lo hube perdido, del cual conservo sólo los cristales rotos, primera ruina de la aurora. (En este instante, breve, y duro instante...) Angel Gonzalez |
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