Francisco Lorenzo

Francisco Lorenzo

martes, 29 de diciembre de 2009

CONTRA LA PENA DE MUERTE


La ejecución del subdito ingles Akmal Shaikh por introducir cuatro kilos de heroína en China, a pesar de que supuestamente padecía trastornos mentales, ha vuelto a poner de manifiesto el uso extendido y, frecuentemente arbitrario, que hace este país de la pena de muerte.

China es el país que más personas ajusticia. Al menos 1.718 fueron enviadas al patíbulo el año pasado sobre un total de al menos 2.390 en todo el mundo, según la organización de derechos humanos Amnistía Internacional. Pero activistas y organismos de lucha contra la pena capital aseguran que esto es sólo la punta del iceberg y que la cifra real -que es desconocida, ya que Pekín la considera secreto de Estado- es mucho mayor. A China le siguen Irán (346 ajusticiados), Arabia Saudí (102) y Estados Unidos (37).

Desde esta humilde y sencilla página quiero expresar mi más radical condena y repulsa contra esta ejecución en particular, y en general contra la pena de muerte, como método para hacer justicia. La pena de muerte no borra el crimen, lo repite.

Las ejecuciones pueden dar a la sociedad una falsa ilusión de control sobre la amenaza que suponen los delitos graves para la seguridad pública, pero los estudios sobre criminología demuestran que los paises abolicionistas sufren un menor numero de crimenes que los que aplican la pena capital.

Por otra parte, creo que la pena de muerte niega radicalmente la doctrina de los derechos humanos, basada en el respeto de la vida y la dignidad de los seres humanos.

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