Es sabido hasta por el más tonto de lugar,o sea de este país, que la delincuencia económica viene de lejos, no es nada nuevo,y que tampoco es producto de nuestros días la corrupción política,la ha habido siempre, desde que se invento el dinero, yo diría incluso que antes del hombre de Atapuerca, con dictaduras y con democracias. Pero lo que no deja de sorprenderme y llamar mi atención, y si os soy sincero, mi indignación, que pasados los siglos y habiendo evolucionado los sistemas de control, los sistemas de prevención, los sistemas informáticos, los sistemas de compartimentos estancos y sobre todo y más importante el sistema político, para evitar así en lo posible futuros estragos económicos, sorprende enormemente que aún hoy estén vigentes y más de actualidad que nunca los mismos sistemas delictivos, los mismos actores, los mismos métodos, en pocas palabras, o más bien ninguna, ningún gobierno ni ningún sistema político se libra de esta plaga que expolian nuestros recursos colectivos, todo sigue igual que siglos atrás, y nadie parece interesado en acabar con las clases corruptas instaladas en los alrededores de los "aparatos orgánicos" y que son el verdadero poder,lo podemos llamar el "establimemt" en los principales partidos, y no digas esa boca es mía que sabes que el que se mueve no sale en la foto, es más, parece que todos dan por buena la continua sangría de recursos, hoy te toca a ti, mañana me toca a mí, y cada día haciendo más y más cárceles para albergar a desheredados del sistema.
Al hilo de esta reflexión me viene como anillo en dedo esta historia que oir en mis años de estudiante a mi profesor de historia en una de su magistrales clases. Ya me diréis si no hay un parecido extraordinario entre la época de el aristócrata español Francisco de Sandoval, duque de Lerma, "valido" de Felipe III por poner un ejemplo, y nuestra España actual.
Francisco de Sandoval era hijo del marqués de Denia y nieto de San Francisco de Borja y sobrino del arzobispo de Sevilla. de momento ya tenemos a todos los actores, la monarquía, los aristócratas, el clero y acojonaros, un ¡Santo! de por medio y todo, bueno... eso debería de ser la locura, reíros de Cañizares, Roucos y de hasta de la Cope y el enano mental de Jimenez los Santos.
Bueno, el citado Saldoval, en definitiva, convenció al monarca para trasladar la corte a Valladolid pero antes, ya se había hecho con la mayoría de inmuebles y edificios que por aquella época valían cuatro reales. Al llegar la corte a Valladolid y ante la escasez de infraestructuras fue el duque quién alquiló todas sus propiedades a los nuevos inquilinos a precios desorbitados que provocaron numerosas quejas pero... lo tomas o lo dejas.
Mientras eso sucedía y haciendo un suculento negocio con esas rentas, se apresuró a comprar en Madrid inmuebles que del mismo modo habían bajado estrepitosamente su valor, debido a la mudanza de la monarquía a Valladolid. Una vez llevado a cabo el negocio de ida y vuelta, convenció al monarca para volver a Madrid cuando ya era propietario de numerosas infraestructuras e inmuebles.
Situó a la gente de su Casa en los puestos clave del poder (oficios de Palacio, secretarías, juntas y consejos) y empleó los recursos de la Monarquía para fortalecer su propia red clientelar mediante el ejercicio del patronazgo. Las mercedes reales y el poder omnímodo del que dispuso le permitieron amasar una gran fortuna y engrandecer a su Casa con nuevos privilegios, títulos, cargos, rentas, territorios y enlaces familiares. Nacía así la figura del valido, ministro todopoderoso propio de los llamados «Austrias menores» (Felipe III, Felipe IV y Carlos II), monarcas teóricamente absolutos, pero alejados en la práctica de la gestión política por una mezcla de incapacidad e indiferencia; en el caso de Felipe III, era más bien por indiferencia, que Lerma acentuó cultivando la inclinación del rey por la caza, el juego y los deportes.
Y como ya podemos suponer, con toda esa malversación y saqueo de recursos, empezó una etapa de penurias económicas en la monarquía y por extensión al país entero que supuso un aumento desmesurado de impuestos a todos los súbditos.
No es necesario ser muy listo, ni tener una gran imaginación, para comprobar, que son las mismas miserables ambiciones y corportamientos delictivos los que siguen estando en primerisima actualidad, las mismas estrategias de ayer y de antesdeayer, es más, no hay otras para poder robar y cambiar de manos el dinero lo que si hoy han cambiado, son los sistemas de control y prevención; pero por lo que parece no interesa a nadie que todo esto cambie, al cabo de los siglos ni tan siquiera la relación con los obispos, arzobispos y otras castas clericales ha evolucionado.¡¡ malditos corruptos, que Dios no os ponga donde haya!!
MUSICA PARA EL FIN DE SEMANA: RAYANDO EL SOL Y VIVIR SIN AIRE - VIDEOCLIP DE LA BANDA MEJICANA MANÁ
0 comentarios:
Publicar un comentario