Íbamos los dos en el tren, hacia el Sur, por aquellas marismas mías, con el aire vivo del mar en la mañana de estío. Y, aunque ibas tu conmigo, yo me sonreía tristemente pensando: ¡ Que bien cuando venga ella conmigo !
Desperté; despertamos. Cantaban los gorriones en la tormenta del amanecer ¡ que lejos de las marismas ! ¡ Y qué tristeza al ver que no estabas tú conmigo ! ¡ tú la que venia conmigo en el tren de mi sueño; no tú, la que no venia conmigo todavía !
Juan Ramon Jimenez ( cuentos largos y otras prosas narrativas breves )
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